Como seres humanos percibimos la realidad a través de nuestros sentidos. La vista es uno los sentidos con los que captamos y codificamos colores y luces en lo objetos que nos rodean.

La luz se clasifica en natural y artificial, esta última se puede utilizar para generar atmósferas únicas, que aplicadas de una manera comercial pueden traer beneficios monetarios a las empresas.

¿Cómo funciona la iluminación comercial para mi negocio?

Hoy en día al visitar un centro comercial nos encontramos con espacios iluminados, que tratan de llamar la atención de los clientes con escaparates y estanterías que incitan a entrar a dichas tiendas.

Un ejemplo de la iluminación comercial son las tiras LED que por su diseño y funcionalidad son perfectas para decorar cualquier espacio dentro de un comercio. Si buscas que tu negocio se beneficie de las propiedades del diseño con luz, debes tomar en cuenta los siguientes puntos:

La luz debe de encajar con la decoración y la imagen de la marca. La disposición de la luz, su temperatura de color o su intensidad definen la atmósfera del espacio y las sensaciones que transmite.

Al iluminar para tiendas  se debe diseñar teniendo en cuenta  varios niveles  de iluminación; general, de acento y de trabajo.

Luz ambiente o general: es el tipo de iluminación es la principal del espacio  y se caracteriza por la gran amplitud del haz luz de las luminarias. Esto permite una iluminación uniforme y permitirá a los clientes ver cualquier punto del negocio.

Luz de acento: las tiras LED son ideales para este tipo de iluminación  ya que resaltan elementos decorativos y productos concretos.

Luz de trabajo: es puramente funcional, no entra dentro de las directrices estéticas del espacio. Se emplea donde la luz existente no es suficiente para desarrollar determinadas tareas.

El uso correcto de la iluminación no solo brinda beneficios estéticos sino comerciales que pueden verse reflejados en las ventas de las empresas.