1. Antes de poner a funcionar tu piscina, comprueba si durante el invierno se ha producido alguna rotura: grietas, azulejos desprendidos… Para su reparación, usa epóxido, que es perfecto para lograr adherencia y resistencia en contacto con el agua.
2. Revisa también la depuradora: filtros, conexiones, bombas… y, para comenzar, aplica un filtrado durante al menos 24 horas antes de estrenar temporada.
3. Nunca uses jabón para limpiar nada en la piscina: reacciona con el cloro y esto supondría un riesgo para vuestra salud,
4. Comprueba los niveles químicos de tu piscina 2 o 3 veces por semana durante el verano.
Sí, tendrás que sacar el druida que llevas dentro y aprender para qué sirve cada producto, pero los encargados de tu tienda de productos habitual te darán las nociones básicas y te indicarán los componentes adecuados para ello.
5. Vacía y limpia la cesta del skimmer también 2 veces por semana, o más si hay árboles soltando hoja cerca o condiciones que la ensucien especialmente.
Fuente: 20 minutos